miércoles, 22 de septiembre de 2010

Buscando en la huida.

Hay cosas, objetos e incluso también hechos que suceden que, dependiendo de lo deseados que sean, son por si solos capaces de aglutinar en ellos por un lado todos los deseos y afanes de quien los posee o a quien le sucede y por otro todos los sentimientos de maldad que somos capaces de albergar en nuestro interior los seres humanos.La perla de Steinbeck describe, bajo un lenguaje poéticamente rozando la belleza, la historia del encuentro con la ocasión de realizar sus sueños de Kino y su familia. También su huida y búsqueda. Huyen de la codicia, la envidia, el engaño y la desigualdad más brutal escondidos tras la oscuridad que les persigue. Buscan recobrar el alma perdida y la paz. Y también todos los anhelos que siempre les han sido negados y que ahora habían visto reflejados en ese objeto que ha pasado a poseerlos. Es un viaje a través de parajes inhóspitos. Oliendo el seco aliento del viento. Intentando alcanzar las largas sombras proyectadas delante de ellos por el sol poniente y durmiendo bajo ese oscuro cielo en el que la luna juega al escondite entre deshilachadas nubes. La odisea la concluye un vil trozo de metal que les llevará a franquear el dolor de un lado al otro. Y ahora mientras se pierde en la inmensidad del mar el elemento que ellos creen causante de su desgracia oyen como la canción de la perla de desvanece lentamente hasta desaparecer detrás de un leve murmullo.


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